30.06.17 | POSITIVE MIND RESPONDIÓ A SU SANGRE ILUSTRE

Cuando Gustavo Calvente levantó su brazo y con la fusta en el puño celebró el triunfo de Positive Mind había más de una razón para la alegría. La primera, la gran actuación de la potranca, desde luego; la segunda, el desquite que se tomó sobre Giulet Seattle, que la había vencido en el Gran Premio Jorge de Atucha (G 1), en Palermo, y ahora vino de atropellada para escoltarla a un cuerpo y medio. Esta vez, María Fernanda Álvarez, su entrenadora, decidió que su pupila fuera a la punta y la táctica resultó un acierto. 

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